Habia una vez una tartita muy presumida que pasaba los dias barriendo su casita, un dia encontró una moneda y con ella se compró el adorno más bonito que vió. Desde ese dia todo el que pasaba se queria quedar con ella, pero la tartita con nadie se queria ir y es que solo quería ser de un niño o de una niña, daba igual su edad, pero alguien cuyo sueño ella pudiese hacer realidad.
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